El amor expresa la condición espiritual de quien ha nacido de Dios y ha recibido de Él la vida eterna. El nuevo nacimiento se conoce en el amor hacia los demás (2:29; 5:1). De otro modo, el amor está vinculado perpetuamente al nuevo nacimiento. El nacido de Dios recibe de Él la facultad y el poder para amar. El amor hacia todos –no solo a los hermanos en la fe, sino a los hombres– es prueba de comunión íntima con Dios: “es de Dios y conoce a Dios”. En identidad con Él, la obra de amor es signo de
Page 270